La abuela huasteca

1 de May de 2010

Historias de la huasteca potosina.
“YO SOY COMO UNA PIEDRA, COMO UN PALO.”


Para Desinformemonos.org






La localidad de Aquismón, en la huasteca potosina, es famosa por estar ubicada junto al Sótano de las Golondrinas, una cueva cónica vertical de 376 metros de profundidad, donde habitan cotorras y vencejos (parecidos, pero distintos a las golondrinas que le dan nombre)


La misma tarde en que llegamos, mientras bajábamos para conocer la maravilla natural, nos cruzamos con una abuela que caminaba cuesta arriba cargando en su espalda un bloque de madera que parecía pesar más que ella. La señora iba acompañada por una chiquita que parecía ser su nieta y que jugaba descalza entre las piedras.


Al ir a filmar a la mañana siguiente la salida de los pájaros, nos volvimos a cruzar con la abuela y la chiquita, que admiraban el espectáculo como si fuera la primera vez que lo veían. Cuando terminó el show de los animales, la mujer contó su vida:


“Yo aquí viví, aquí arriba. Aquí era mi jugadero para andar jugando. Yo miro más cuando salen (las aves). Porque van así, dando vueltas.


Acá nosotros somos indios. Somos huastecos. El mexicano es otro. Nosotros somos indios, huastecos.


Yo me quedé huérfana como esa chiquita (la niña que la acompaña). Se murieron y me quedé yo sola. Y yo me enseñé así a hablar como ahorita. Cuando ahora ya de grande. Yo no sabía qué cosa era esa de estar hablando en castilla. Puro huasteco. Pa’ saludar takaneenek, le dice uno. Si es de mañana, le dice takaneenek.


Ayer cargaba leña y agua. Leña pa’ la casa uso. Viene uno a buscar leña y se la echa en el hombro. Cargamos el agua en los guajes, sino en las cubetas en la cabeza. Nosotros cargamos lejos el agua. Desde aquí donde está la pila, hasta allá donde vivo. Viene uno dos veces en la mañana, y en la tarde dos veces. Y siempre así me he criado, bajo del trabajo.


Una hora de ir a pie (para llegar a la ciudad). Yo llevo hora y media porque me voy despacio. Compro mis encargos y ya me vengo. Tardo tres horas. No viniendo, comadreando. Pasa en una casa y ya se entretiene uno más. Ahorita como ya hay mucho carro, quien tiene uno dinero se embarca y se va. A media hora ya está uno allá.


El pueblo cambió mucho… ahorita ya vamos medio cielo. Ya hay todo facilidad. Quiere uno ir pa’ Aquismón, se va pa’ Aquismón. Compra los encargos se viene y es fácil. No más antes no. Íbamos pa’ Aquismón a traer los encargos. Nosotros fuimos muy castigados. Todo lo que ocupaba uno hasta allá. Si aquí a quién le compra uno, no tenemos nada. Vayan a una casa, no tienen nada. Vayan a otra, no tienen nada. Aquí hay que ir a buscar hasta allá.


Y así yo me he criado. Yo me he criado a base del trabajo. Y no tengo donde ir, donde más hay facilidad. Así me la he pasado y todavía estoy aquí. Y sigo caminando, mientras que no me duela las canillas.


Hay mucha hierba para la medicina. Nosotros más no, no había medicina (sintetizada). Pura hierba. Yo crié seis hijos y no ocupé ni doctor, ni nada. Ni se oía decir de doctor ni medicina. Pura hierba del campo. Y no nos morimos. Ni uno se me murió de mis hijos. No andaba ocupando ni parteros, ni doctor. Yo sola. Se oía que ya estaba gritando la criatura.


Así yo me la pasé. Me la he pasado mi vida como un animal. Y no estoy dolorida, por Dios Santo me ha ayudado. Yo no estoy dolorida de aquí la cuadril, que la barriga, que la panza. Dios me ha ayudado. Yo daba mis criaturas como quien va al servicio. No le andaba diciendo a nadie, porque yo no quería que me vieran, lo que me estaba pasando. Y ahorita no, que el primerito ya va uno a ver al doctor y que ya la operan. Yo no supe nada. Dejé de tener mis hijos como que si nada me pasara.


Por eso mucha gente se admira, que por qué vivo. Pos sábele, yo aquí estoy. Sin doctor que me ande registrando ni nada. A todos, no más yo me pasó. A toda la gente indígena. De poquito ya al rato, ya andan con el niño cargado. Aunque lo acaban de tener, ya lo envuelven y lo cargan. Se lo echan en el hombro para andar haciendo quehacer. No es que se vaya a guardar ahí a estar sentado y acostado, no. Tiene que levantarse una a hacer de comer. Ni quien se compadeciera de uno.


Cuando yo me casé tenía veinte años. No más que él no duró, luego se murió. Me dejó llena de crías, de criaturas. Se murió, se hinchó, parejito. Fue a sacar una consulta con el doctor porque fumaba mucho. Le dijeron que no fumara y él siempre siguió con la terquedad de fumar. Y de eso se murió. Le dijeron que no fumara y lo primero que hizo no se dietó. Eso le hizo mal. Me dejó llena de hijos y yo los acabé de criar, como pude.


Yo soy como una piedra, como un palo. Yo no sé ni mi nombre poner. Nadie me mandó a la escuela. Cómo me mandaban, que más antes a los maestros los tienen que pagar los papás. ¿Y sí el papá no tiene dinero, con qué paga al maestro? Es que no, es que no hay que ir a la escuela tus hijos porque aquí falta que pagar. Y yo así, como soy huérfana y de todo, ¿quién se ocupaba por mí? Quien dijese chiquilla no manda a la escuela, ¿quién? Sola como un perrito por ahí.


Yo no sé nada. No más porque tengo ojos y tengo pies, camino. Pero de ahí pa’ allá no sé nada. Estoy perdida, pero bueno. Lo bueno es que ya estoy vieja, que ya no tengo donde darle. Ya lo que hallo, lo poco, pues ahí me lo como. Tortilla de maíz, frijoles que se crían aquí. Aquí uno siembra frijoles, siembra maíz, todo hay. No más que sí hay que trabajar”

Este post es de Saturday, 1 de May de 2010 at 12:58 pm y est bajo la categora Cultura, Textos, Todos, Videos. Usted puede seguir las respuestas por medio del feed RSS 2.0. Usted puede dejar una respuesta, o un trackback de su sitio.

One Response to “La abuela huasteca”

  1. Proyecto Chakana » Blog Archive » La Abuela Huasteca gana una beca! Says:

    […] el marco del Festival de Cortos de Tandil realizado el 27, 28 y 29 de Agosto, el video “La Abuela Huasteca” fue premiado con una beca del Centro de Formación Profesional del Sindicato de la Industria […]

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.